A principios del siglo XVI, los Reyes Católicos ordenaron la construcción del Castillo de San Luis. La intención con la construcción de este edificio, fue la de sustituir  a la antigua fortificación árabe llamada Estebbuna, nombre del que finalmente se originó Estepona. Su función fue mayormente defensiva y de seguridad para sus habitantes. Favoreció el desarrollo de una población cada vez más numerosa, mediante una repoblación de la zona, que dio como consecuencia la posterior expansión urbanística alrededor de los muros que ya rodeaban la ciudad. Hoy en día, tras un importante trabajo de restauración, podemos contemplar parte de la muralla del castillo, testigo del pasado de la ciudad de Estepona.